jueves, 28 de julio de 2011

El milagro de APNABA



La entrada anterior iba a cerrar el blog hasta septiembre. Pero esta mañana he estado en la despedida del curso de APNABA y tenía que contarlo. APNABA (Asociación de Padres de Niños Autistas de Badajoz) atiende a casi 200 usuarios y es un referente a nivel nacional. ¿Por qué? Sus instalaciones, aunque dignas, no son obra de Moneo. Los profesionales, expertos y cualificados, no son doctores por prestigiosas universidades. Pero poseen alguna receta misteriosa que consigue resultados espectaculares en los pequeños que pasan por el centro.

El ambiente es especial. Se palpa la entrega, sencillez, trabajo, humildad y cariño. Y funciona, como no podía ser menos. Además contagia a los que tienen el infortunio o la suerte de pasar por allí. Recuerdo el esfuerzo de un reportero gráfico que cubría el XX aniversario para no emocionarse grabando a un autista pequeñajo que entregaba un ramo de flores a la consejera invitada, mientras tres niños del centro interpretaban una melodía con sus violines.

Al ver un grupo y sus terapeutas, todos impregnados de una alegría desbordante, en un autobús rumbo a un campamento donde alucinan viendo el cuadro que supone ese montón de enanos disparatados, geniales y felices, te sorprende la infelicidad de los que se quejan por cosas como que la crisis no les permite cambiar de coche.

Cuando se es testigo de estas cosas los demás problemas se empequeñecen, porque son pequeños. Os dejo con la frase de la foto que encabeza este post. “Con cuidado y precisión haremos torres cada vez más difíciles”. Si ellos con sus limitaciones pueden construirlas, nosotros no tenemos excusas para dejar de quejarnos y ponernos a construir un mundo mejor.

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