martes, 23 de diciembre de 2014

Rayos brillando en la oscuridad.



A finales de 2014, muchos españoles se empeñan en ver negro donde, como mínimo, hay gris. Se empeñan en continuar lamiéndose las heridas de una crisis que va quedando atrás. En responsabilizar a la sociedad o a los políticos de no haber hecho nada para sanarlas mientras esperan que algún mesías, paradójicamente encarnado en forma de político, lo haga.
A todos ellos tengo que contarles lo que he visto en este año que termina.
He visto filas de camiones cargados llenando una A-5 donde hace un par de años solo se veía asfalto. He visto nuevas oportunidades de negocio que estaban esperando que alguien las descubriera. He visto a profesionales desempeñando trabajos inferiores a su cualificación con la esperanza de que fuera el trampolín a otro mejor, y a otros con magníficos trabajos cambiando de empresa para mejorar, sin importarles la incertidumbre ni su antigüedad en el anterior. He visto como, compañías que habían dejado proyectos abandonados por falta de presupuesto, nos llamaban para retomarlos. He visto, en fin, como había un cambio de tendencia evidente para todo el que esté dispuesto a salir del túnel en lugar de obcecarse en permanecer en él, culpando al mundo de no ver la luz.
Para los que están sentados, esperando que el destino venga a llamar a su puerta, sin decidirse a llamar a la puerta de un nuevo destino en el año que asoma "esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia."