martes, 22 de noviembre de 2011

De Guillermos.



La historia de la Humanidad está llena de Guillermos del más variado pelaje. Así Guillermo el Conquistador, Guillermo de Orange también conocido como el Taciturno, Guillermo Tell, el terror de las manzanas, Guillermo el Travieso, y, más local, Guillermo Fernández Vara o Mr. Guille según algunos de sus partidarios. Este último pasará a la posteridad por haber heredado el feudo socialista de Extremadura y haberlo cedido, a continuación, pintado de azul gaviota.

Pero lo que más llama la atención es la forma en que ha reaccionado ante la pérdida. No se ha mesado los cabellos, ni ha llorado como mujer lo que no supo defender como hombre. ¡Qué va! Ha dicho que la culpa la tiene la crisis y se ha quedado tan fresco. Bueno, según parece, la crisis y su decisión de combatirla con medidas impopulares en lugar de optar por medidas electoralistas, a sabiendas del riesgo de perder las elecciones.

El problema de la teoría no es que se la crea, que allá él, sino sus implicaciones negativas para el pueblo extremeño. Así, según dicha tesis somos unos flojos, incapaces de afrontar la realidad y sus consecuencias. Eso nos diferencia, por ejemplo, de los castellano-manchegos o los catalanes, capaces de revalidar su confianza en los mismos que les han impuesto durísimos recortes tras las elecciones autonómicas. Pues bien, nosotros no debemos tener el valor y el espíritu de sacrificio de aquellos.

Alguien debería decirle de una vez al expresidente que la razón de que los extremeños le hayan vuelto la espalda no es otra que su política nefasta que, a pesar del aluvión de euros recibidos de Europa, ha colocado a Extremadura a la cola de España en todos los indicadores, al tiempo que dejaba en quiebra técnica las finanzas autonómicas.

Por no hablar de los escándalos que están saliendo a la luz en forma de cientos de miles de euros gastados en páginas web sin visitas, rehabilitación de residencias oficiales con fraccionamiento de pagos, desvío de fondos de empresas públicas a concejales amiguetes en pago de informes huecos, o surrealistas compras de perros a cuatro mil euros la unidad. Y todo ello en lo más agudo de la crisis. En lugar de insultar nuestra inteligencia, bien podría hacer un mínimo esfuerzo de autocrítica con el que seguro podrá encontrar las claves de su doble fracaso electoral.

Decía JFK que “la democracia es una forma superior de gobierno, porque se basa en el respeto del hombre como ser racional.” Nuestros gobernantes deberían aplicarse el cuento y respetar el raciocinio de los que le niegan la confianza, al menos en la misma medida en que lo respetan cuando la reciben.

1 comentario:

  1. El único "blandito" es Mr. Guille, tan sonrosado, tan regordete.

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