sábado, 16 de febrero de 2013

Políticos al desnudo, o el juego de las pajitas (a ver quien saca la más corta)


Confieso que cuando empezaron en el PP a hablar de enseñar las declaraciones de la renta me pareció una tomadura de pelo porque, salvo en Lepe donde hay habilitada una casilla especial, en ellas no suele consignarse el dinero negro. Pero vistos los efectos del striptease, me estoy convirtiendo en un nudista acérrimo. No porque lo considere la panacea, puesto que el dinero negro va a seguir en los colchones, pero al menos sabremos lo que hay en blanco.
La prueba de la efectividad de la medida es el efecto producido por las desnudeces de Rajoy. Primero Elena Valenciano dijo que era una trampa y que no enseñarían nada hasta que no se aprobara un modelo homologado, olvidando el modelo 100 del IRPF. Ella, más que de nudismo, es de top-less. Luego Rubalcaba criticó  los elevados emolumentos de la declaración de Mariano pero sin enseñarla él, con la excusa de que está pidiendo los números a Hacienda (otro que nos toma por tontos)  Dice que la suya es muy corta, pero me pega que ese ataque de pudor es más por exceso que por defecto de tamaño.
El último en salir a tapar desnudeces ha sido Toxo, declarando que lo de enseñar es un ejercicio de hipocresía y cinismo. Visto como vive ese defensor de la clase obrera, intuyo que el día que la enseñe va a dejar en evidencia al actor Nacho Vidal. Estos sindicalistas están muy bien dotados, y si no que le pregunten a Ricardo Martínez, el terror de la patronal madrileña, que se levantaba  180.000 euros como representante sindical en Caja Madrid.
Los políticos, a los que les llena la boca hablando de transparencia, eran bien transparentes para mostrarnos las bondades de sus programas, aunque mucho menos para enseñar quién se beneficiaba en realidad de ellos y en qué medida, ocultando desde los sueldos de los asesores al importe de los contratos adjudicados a las empresas amigas. Pues ya va siendo hora de que sepamos todo, todo. Además esto no es nuevo ya que la frase “luz y taquígrafos” viene de Don Antonio Maura. Y puede servir para que controlemos, por las contradicciones entre lo declarado y los signos externos de riqueza ,quién se lo está llevando.
“Y la intimidad? Es que los políticos no tienen derecho a la intimidad?”, dirán algunos. Seguramente son los mismos que no ponen ningún reparo a la idea de publicar en los boletines los nombres de los deudores de Hacienda. Pues si se publican las relaciones de morosos no sé por qué se van a tapar los ingresos de quienes viven con cargo al presupuesto. Más aún con el nefasto espectáculo que están dando unos y otros en materia de corrupción, mientras piden esfuerzos a la ciudadanía. Y quien quiera intimidad lo tiene muy fácil… que se vaya a un reservado privado, porque a nadie se obliga a ser político.

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