domingo, 2 de octubre de 2011

Es la educación estúpido!


El otro día leí el curriculum de una aspirante a empleo de veintipocos años. Aunque seguramente la chica tenía un enorme potencial, sus estudios de auxiliar en gestión administrativa, unidos a un nivel bajo en inglés, la hacían susceptible de ser sustituída por una aplicación informática.

No sé quiénes elaboran los planes de estudio, pero parece que siguen rutinas burocráticas al margen de los cambios que se están produciendo a pasos agigantados. Se invierten dinerales en proporcionar a nuestros jóvenes una formación anticuada y titulaciones obsoletas, eso sí vestidas de una terminología académica que nadie entiende y a nadie interesa. De esta forma, salen de las universidades y escuelas de formación gente con unas expectativas que no se pueden ver cumplidas porque no se ajustan a las demandas de un mercado donde, entre todos, decidimos qué tiene valor y qué no lo tiene.

Si a eso añadimos que nadie se molesta en fomentar la iniciativa, el espíritu emprendedor, el riesgo y la innovación, y que se ha tirado por tierra la cultura del esfuerzo, los resultados son desalentadores. Pero se sigue diciendo que el problema de la educación es la falta de recursos económicos, como si la formación se pudiera comprar. Si así fuera los ricos la hubieran acaparado hace mucho tiempo y, en cambio, circula por el mundo gente con muchísimo dinero y muy poca cultura.

Además, nunca han estado tan al alcance de la mano las posibilidades de formación autodidacta como ahora, en que con un click podemos recibir lecciones magistrales de los mejores en cualquier materia. Lo único que no puede sustituirse es el esfuerzo. Y fomentar la cultura del esfuerzo requiere a su vez, un esfuerzo de imaginación y preparación por parte de quienes tienen la tarea de formar a las nuevas generaciones. Pero mientras nuestros profesores sigan levantándose en armas para luchar contra la maldición de impartir dos horas más de clase a sus alumnos, el sistema educativo español seguirá estando a la cola en los indicadores e informes europeos.

Esperemos que, de una vez, se tomen las medidas para tratar de corregir los males de nuestra educación antes de que sea tarde, como herramienta clave de un progreso que haga realidad el dicho “donde hay educación no hay distinción de clases”.

1 comentario:

  1. Siendo todo ello muy cierto, se te olvida un pequeño detalle: la aspirante estaba como un queso.

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