domingo, 17 de abril de 2011

Los jóvenes quieren ser funcionarios (como sus padres).


Cuenta El Confidencial que los jóvenes no quieren ser empresarios. Vamos a ver, tampoco es que el ser empresario sea la panacea. Es una aspiración muy loable querer ser médico, periodista o policía. Cosa distinta es querer ser “funcionario”, así, en genérico. Y no tengo nada en contra de los funcionarios. Pero la aspiración de aprobar una oposición para encerrarse en un zulo de 8 a 3, mientras se van acumulando los trienios, es más propia de abuelos que de jóvenes.

Analizar las causas de este fenómeno da para una tesis doctoral. Ahora, a mí se me ocurre una bastante evidente: si los padres no son emprendedores es complicado que los hijos lo sean. Y a falta de modelos familiares en que reflejarse, es más probable que los jóvenes tomen como modelo a Cristiano Ronaldo que a Luis del Rivero o Juan Roig. En cuanto a la Universidad y el emprendimiento, tres cuartos de lo mismo: pretender que los claustros universitarios españoles inculquen el emprendimiento a sus alumnos es muy parecido a intentar que Al Capone fomente la ética en los negocios. Por no hablar de los políticos, que alardean de impulsar la iniciativa empresarial (qué sabrán de eso) mientras las administraciones públicas no pagan a las empresas los bienes y servicios que les prestan.

Mucho tendrán que cambiar las cosas para que los jóvenes despierten y dejen de exigir un trabajo “que les guste” mientras juegan a la Play tumbados en el sofá. No sé cuál es la solución, pero hace falta un cambio de mentalidad que probablemente deba empezar por advertir a las nuevas generaciones que los tiempos han cambiado, que la seguridad no existe y que la incertidumbre no es mala “per se” sino que, al contrario, es el mejor acicate para la superación personal.

Es importante remarcar que el empresario crea riqueza y empleo (no sería malo recordárselo a los sindicatos más a menudo) Pero a lo mejor hay que utilizar un estímulo que para los americanos es absolutamente natural (allí tienen mentalidad emprendedora eln 70% de los sus universitarios) mientras que aquí todavía parece que es motivo de vergüenza: decirles que ser empresario es la forma en que se puede ganar más dinero de forma honrada. Ese es un aliciente que entienden todos los jóvenes y que no supone ningúna deshonra..

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