domingo, 28 de abril de 2013

El paro y el desempleo.



Las cifras de parados de la última EPA han causado furor entre los periodistas, que no han escatimado adjetivos para describir con entusiasmo  la profunda sima en que nos encontramos (a algunos solo les ha faltado gritar: Goooooool!). Y la verdad es que son números que asustan al miedo… si fueran creíbles. En realidad nadie da los por buenos pues, como todos dicen, si lo fueran provocarían un estallido social.
Yo no sé si habría un estallido social o no, pero sí tengo claras dos cosas. La primera es que haber convertido España en un infierno fiscal para mantener una superestructura política ineficiente y llena de mangantes y paniaguados ha dado lugar a una economía sumergida que puede llegar al 25% del PIB y emplea a una parte importante de la población. Y la segunda es que no puede haber seis millones de parados ni un estallido social en un país donde hay muchos puestos de trabajo que la gente no quiere ocupar.
Pero, con todos los matices que se quiera, las cifras son brutales y requieren soluciones. El problema surge cuando se escucha la cantinela de que la solución parte de un gran pacto de empleo entre los partidos. O sea, que basta poner de acuerdo al PP y el PSOE para arreglar esto. Ah, y que los sindicatos se sumen también al pacto. Y yo me pregunto… de verdad hay alguien tan ingenuo para creer que basta el concierto de unos tipos que nunca han creado un solo empleo para acabar con el paro?
No soy yo quien tiene la solución, aunque se me ocurre que a lo mejor es cosa de todos y cada uno de nosotros, en lugar de dejarlo en manos del  gobierno de turno. Y no me refiero a que todos emprendan y así se acabó el problema. Porque esa es otra… llega un político gilipollas y encima te suelta: créate tu empleo! Y se queda tan ancho. Y puede que en parte tenga razón si no fuera porque la frasecita normalmente proviene de la boca de un personaje cuyo empleo lo hemos tenido que crear los demás a costa de nuestro sudor. O sea que no debe ser tan fácil.
Pero una cosa es que no todos puedan ser emprendedores y otra bien distinta es que no haya que moverse más que nunca para conseguir trabajo. Porque ahora te aparece un recién licenciado en ciencias ambientales, por ejemplo, y dice que le hemos robado su futuro si no lo colocamos al frente de un laboratorio del cambio climático, que es para lo mínimo que está cualificado. Pero de saber inglés, buscar trabajos en sectores distintos al suyo, reciclarse o cambiar de residencia hemos hablado bastante, que para eso pertenece a la generación mejor formada de la historia, otra milonga que justifica el lamentarse en lugar de pelear por un curro con uñas y dientes.
Es tremendo que en un país con este número de parados ni Cristo sepa idiomas ni lo intente, pero en cambio haya miles de auténticos maestros en jugar al “Halo”, o de desempleados que no van a un curso de formación ni a tiros pero tienen millares de horas de vuelo en los “Angry birds”. Por no hablar de la espeluznante cifra de los 850.000 jóvenes que han dejado de buscar empleo, como si esa fuera una opción válida.
El cambio de una economía basada en el ladrillo a un modelo productivo sostenible no es sencillo y hará necesaria una revisión de los perfiles laborales cada uno de nosotros, lo que implica un desafío y una enorme tarea personal por delante que todos debemos acometer. Es cierto que hay millones de desempleados en España, pero no lo es menos que mucho de ellos, además, están parados. Y estar desempleado no se elige pero estar parado sí.

2 comentarios:

  1. Querido J.L, estoy de acuerdo contigo en general, como no puede ser de otra manera dadas las evidencias, a excepción de que un recién licenciado tenga que buscar trabajos en sectores distintos al suyo o reciclarse; me parece que sería un despilfarro de la inversión realizada en su formación y de su talento; creo que las nuevas tecnologías han abierto un infinito abanico de nuevas posibilidades: creación y desarrollo de nuevos productos, comercialización internacional, teletrabajo, etc, lo que tendremos es que arrimar el hombro, arriesgar y ser creativos.

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  2. Don Simulacro (también conocido por Mariano "Dios nos asista") ha dicho que tengáis paciencia.

    Como yo no la tengo, estoy preparando las maletas.

    Creo que Australia es un lugar que se recomienda por sí solo.

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