martes, 24 de julio de 2012

Los taifas y sus parias.





Los antiguos reinos de taifas estaban obligados a pagar las parias, tributos a los reinos cristianos para evitar sus ataques. Los nuevos taifas surgidos del proceso autonómico se defienden solos y están convirtiendo a los ciudadanos en unos parias a fuerza de pagar tributos para sostenerlos. Ahora que los recortes han empezado a afectar al bolsillo de todos se está poniendo en cuestión el modelo y su utilidad, porque el contribuyente avispado intuye que tener un hospital o escuela no depende de la existencia de un consejero apoltronado en una capital autonómica.
Decía el hacendista Niskanen que la burocracia tiende a crecer en su propio interés. Y bien lo hemos comprobado en nuestras carnes los españoles. Cuando se transfirió la sanidad a las comunidades autónomas se produjo el efecto equivalente a mojar un Gremlin. De repente brotaron 17 consejerías de sanidad con 17 órganos jurídicos para resolver de 17 formas posibles los problemas que antes resolvía uno sólo. También brotaron 17 sistemas informáticos y sus correspondientes contratos de mantenimiento millonarios con empresas externas (incluso a veces la misma empresa vendía lo mismo a distintas comunidades cambiando el logo). Brotaron 17 órganos para resolver problemas nuevos como el que la Xunta de Galicia liquidara a la Generalitat valenciana el importe de la escayola del betanceiro que se partía una pierna veraneando en Benidorm y viceversa. La búsqueda de la eficiencia, o sea del uso de mínimos recursos para lograr un objetivo, llevó en un esperpento surrealista al brote de 17 organismos dedicados a la eficiencia y calidad sanitaria. Y por supuesto los órganos de coordinación intercomunitarios, con sus reuniones, viajes, hoteles y dietas.
Cada competencia transferida contribuía a echar agua al Gremlin. Además, de la bañera empezaron a salir Gremlins nuevos que nadie recordaba haber metido. Así, los 17 parlamentos consecuencia del famoso “café para todos” con sus centenares de diputados, que al principio solo cobraban dietas pero enseguida descubrieron que lo de liberarse era una verdadera liberación. Por no hablar de los 17 consejos consultivos, con consejeros, letrados-jefe, letrados, secretarios y ujieres, para redactar los mismos ladrillos jurídicos que hacía el Consejo de Estado. Sin olvidar los 17 consejos económicos y sociales, con su correspondiente parafernalia administrativa para elaborar informes en las materias más variopintas, informes que no se leen ni sus miembros. Y las 17 juntas consultivas de contratación administrativa, siempre pendientes de la publicación de las resoluciones y dictámenes de la junta central para copiarlas 17 veces.
El altruismo no podía quedar al margen y surgieron 17 agencias de cooperación internacional, repartiendo las mismas subvenciones a las mismas ONGs pero en 17 expedientes distintos, sumiendo de paso a los indígenas en una empanada geográfica monumental. Y las agencias autonómicas de energía, protección de datos, vivienda, tribunales de cuentas, defensores del pueblo, etc. En el colmo de la memez y el despilfarro, algunas CC.AA. han creado agencias meteorológicas propias, que dibujan mapas idénticos a los de la Agencia Estatal de Meteorología con idénticos huevos fritos.
Los políticos tratan de vendernos las bondades del estado autonómico, advirtiendo que recortarlo tiene tintes franquistas. Qué van a decir los pobres? No sé si la creciente marea ciudadana contra el sistema autonómico es un brote de fascismo. Me pega más bien que el personal se ha cansado de hacer el paria pagando los carísimos Gremlins que brotan por doquier, y recuerda con nostalgia el momento de la película en que saltaban todos por los aires mientras comían palomitas.

7 comentarios:

  1. El Evangelio, hermano ...

    Un beso
    Charo

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  2. Totalmente de acuerdo. Unas taifas de la peor especie: saqueadoras.

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  3. La cruda realidad. Ahora quieren cargarle el muerto, entre otros, a los funcionarios que son los que le han estado sacando las castañas del fuego desde...buuu, desde que Dios creó al mundo.

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  4. Y, como no podía ser menos, también la corrupción se multiplicó por 17.

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  5. Los políticos se han limitado a cumplir con el mandato bíblico: ¡Creced y multiplicaos!

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  6. ... y poblad la Tierra.

    Pero al final se han convertido en una plaga bíblica. Son la nueva langosta!

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