domingo, 1 de julio de 2012

Los susurradores euskaldunes (unibertsitatean itzultzeko)



Mis sospechas de que la universidad pública española no es de este mundo se han confirmado al enterarme del proyecto de la del País Vasco sobre el uso del euskera por el personal docente, administrativo y de servicios.  El Rectorado de la UPV ha encargado un “distintivo” para los trabajadores que acrediten su conocimiento. Además se priorizará el euskera en los actos y jornadas que se organicen, incluyendo cursos de verano, aunque haya asistentes que no lo entiendan. En el caso de actos que se impartan exclusivamente en euskera se propone la figura de una “persona susurrante” (sic) que los traduzca al oído a quienes no lo entiendan.
Sorprende que la universidad, supuestamente foro de conocimiento y apertura, distinga entre dos categorías, euskera-parlantes y euskera-ignorantes. Aunque ya puestos, considero que lo de llevar un distintivo en la solapa es una mierdecilla impropia de chicarrones del Norte, y no te digo si son del mismo Bilbao. Propongo mejor como distintivo una boina del tamaño de la de Manolo el del Bombo, que puede ser aderezada a medida que aumente el conocimiento euskérico del personal. Así, igual que los nazis a la cruz de hierro le añadían las hojas de roble para darle caché, los euskerahablantes de la UPV que profundicen en la lengua de Aitor podrían llevar además de la boina, no unas hojas de roble que eso es para flojos, sino un roble entero en la solapa sujeto con un cabo marinero. El roble, además de ser un árbol muy vasco, puede servir para que no les cale el xirimiri.
Ahora, de nota es la figura del susurrante. No por el coste del invento, sino por el espectáculo de una ponencia en euskera ante una audiencia internacional. La multitud del público susurrándose al oído dejará en mantillas a los antiguos cines de sesión continua, donde iban las parejas a meterse mano. Por si las moscas conmigo no cuenten, pues la idea de tener pegado a la oreja a un fornido euskaldun txiquitero durante un par de horas me disuade definitivamente de asistir a cualquier evento en la UPV.
El que en un ambiente supuestamente ilustrado nadie hiciera callar al inventor de semejante estupidez dándole una colleja demuestra que aquí, contra lo que dicen algunos, siempre cabe un tonto más. Basta con que se aprieten un poco al fondo. Y si se trata de tontos pagados con fondos públicos hay sitio para una multitud.
Estas cosas explican que, mientras 3 de las 10 mejores escuelas privadas de negocio  del mundo son españolas, ninguna de nuestras universidades, que manejan presupuestos multimillonarios, figure entre las 150 primeras del ranking mundial. La endogamia y la ausencia de competencia siempre ha sido la escalera que permite el ascenso de los necios a las alturas. Por el contrario,  cuando la subsistencia de tu negocio depende de la calidad del servicio que das al usuario, desaparecen como por arte de magia un montón de tonterías que no aportan valor más que al bolsillo del necio.
Dicen que el problema de la universidad en España es su falta de conexión con el mundo de la empresa. Esperemos que sea solo eso porque me temo que, antes de conectarla al mundo empresarial, habrá que trabajar para conectarla a la realidad a secas.

2 comentarios:

  1. ¡Qué lejanos los tiempos en que la enseñanza universitaria y sus publicaciones eran en la lengua universal, EL LATÍN. Eso facilitaba el trasvase de profesores y estudiantes de una universidad a otra, que era lo corriente en el renacimiento y hasta el siglo XVIII, en que los "lustrados", en un bochornoso episodio de culto a la diosa Razón, eliminaron esta práctica de las Universidades, dando lugar a la aldeanización, qué digo aldeanización, a la caserización -de habla del caserío, que no idioma- de la Universidad Pública del País Vasco.
    Y el ministro de Educación y Universidades que ni está ni se le espera, está ocupado en afilar las tijeras de recortar sueldos y becas (aunque en estas últimas era necesario meter no tijera, sino motosierra, pues muchas de ellas eran simplemente, para comprarse el ciclomotor al terminar la ESO, con el dinero de la beca. Después ni aparecían por el Instituto. En la Universidad era el utilitario o el equipo de la discoteca móvil con que los dotaban para el botellón, que ya empieza ¡LOS JUEVES!.

    Así, ¡CÓMO CARAJO VAMOS A SER COMPETITIVOS!

    Aún recuerdo cuando el sábado era día laboral y lectivo. Esa España es la que resurgió de las cenizas de la devastación de una guerra civil de cinco años de duración (1934-1939) y diez años de aislamiento internacional (1945-1955).

    Y no sólo levantamos España. Con el esfuerzo de los emigrantes españoles -entre otras nacionalidades, como portugueses, italianos y turcos- y la inmensa ayuda norteamericana del Plan Marshall, que llegó incluso a las derrotadas Italia y Alemania y nos fue negada a los españoles ¡por haber derrotado a Stalin y al comunismo que luego combatirían todos en la "guerra fría"! se consiguió la reconstrucción de la Europa destruida por al II Guerra Mundial.

    Hoy, estamos mendigando a es misma Europa por la indefendible actuación de un inepto, el muy miserable y malvado mamarracho, bobo solemne de (MMMMMBS) del PZ.

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  2. Pues a mi la figura del "susurrador" me parece deliciosa.

    Yo quiero un susurrador que me susurre dulces palabrejas al oido, y si es en euskera mucho mejor.

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