viernes, 3 de agosto de 2012

Se acabó la crisis. Vámonos de vacaciones!


Mucho se está hablando sobre el hundimiento de España: el paro, la prima, el IBEX y la madre que parió. Para mucho el Titanic es la metáfora perfecta de nuestra situación y nos hacen escorados mientras el agua inunda las sentinas y empieza el sálvese quien pueda. Por si fuera poco en el puente ven nuevas amenazas: el capitán no sabe por dónde se anda y nos acecha la intervención, la salida del euro y otros cocos.
Pero los que estamos achicando agua en la sentina vemos cosas que a los del puente se les escapan mientras se preocupan de los gritos del pasaje y de nuevos icebergs, reales o imaginarios, que nos acechan en la penumbra. Y lo que hemos observado es que tras un año 2011 catastrófico, desde comienzos del 2012 año se está produciendo un hecho insólito: estamos vivos y el nivel del agua no sube. Y como bien dijo Arquímedes, un barco no se puede hundir si deja de entrarle agua. Es una cuestión de física.
“Eso son figuraciones tuyas, producto de tu optimismo irredento rayano con la memez. No ves a los funcionarios, la demolición del Estado del Bienestar y la contestación social?” dirán algunos, especialmente los que quieren ir a Madrid en septiembre a  tirar piedras al tejado. Yo no hablo del sector público cuya transformación (y purga) no ha hecho más que empezar. Hablo de las empresas privadas, pymes sobre todo, que son quienes sacarán adelante esto y que, aunque los de Prisa digan otra cosa, vemos que las cosas se mueven, lo que augura una travesía dura pero con buenas perspectivas.
“Y si nos intervienen?” Pues será  consecuencia de la incapacidad para financiarse de un sector público afectado de gigantismo. Si el precio de su salvamento es que desde Europa le aprietan el cinturón un par de agujeros bienvenida sea la intervención, porque achicará parte del agua ya embarcada y que hace que el barco navegue mal.
En resumen, llegó la hora de cerrar y tomarse un respiro. El agosto de 2011 fue aciago y casi me equivoco al decir que no reventábamos. Pero esta vez estamos curados de espantos y, aunque el personal tiene todavía el susto en el cuerpo, pienso  que ya hemos tocado fondo y lo que queda es subir, con intervención o sin ella. España es una gran nación y vale la pena pelear por sacarla a flote. Quién dijo miedo!

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