jueves, 23 de febrero de 2012
La delgada linea roja
Así se conocía a la infantería británica en siglos pasados, en referencia a los colores del uniforme y su forma de combatir. Hoy es el término utilizado por la izquierda española en la oposición para nombrar a los límites que nadie puede traspasar so pena ser respondido con la movilización callejera. Cuando estaban en el gobierno trazaban otro tipo de lineas, la modalidad denominada “cordón sanitario”, cuyo fin era aislar a la impura oposición de derechas del contacto con ninguna otra formación política, no fuera que pudiera contagiar sus ideas.
Debería recordar la izquierda que es la Constitución, aprobada con el consenso de las distintas fuerzas políticas y ratificada por una inmensa mayoría de los españoles, la única que puede trazar líneas rojas. Y la Constitución establece precisamente que los ciudadanos tienen derecho a participar libremente en los asuntos públicos, trazando una clarísima línea roja que protege las sedes de los partidos del ataque de sus rivales políticos.
Cuando se pierden las elecciones, el derecho al pataleo se puede ejercer en múltiples formas, incluido el derecho de manifestación al amparo de la Ley Orgánica 9/1983 de 15 de julio que, por cierto, no autoriza descalabrar policías. Pero en ningún caso el perdedor puede exigir límites no previstos en la constitución a la actuación del parlamento soberano y al gobierno surgido del mismo. Cuando se pretende imponer la propia voluntad a la del pueblo mediante la violencia callejera no se está haciendo un ejercicio de democracia sino de escuadrismo, exactamente igual que el de los camisas negras de Mussolini a principios del siglo pasado.
Estos días asistimos a la más burda manipulación por los que han fracasado estrepitosamente en los pasados comicios a causa de sus propios errores, que no parecen soportar la pérdida del momio del poder. Lo peor no es que dañen la imagen de España en el exterior, contribuyendo poco a arreglar la situación que ellos mismos crearon. Tampoco que compensen su incapacidad para hacer algo grande con la de causar destrozos. Ni siquiera que mocetones con edad para ser subsecretarios de estado pretendan hacerse pasar por adolescentes de instituto. Lo peor es que en el país de Nadal, Gemma Mengual, Casillas, Pujol, Alonso o Gasol, demuestran ser malos deportistas y malos perdedores.
La historia se los llevará como el viento se lleva las hojas secas. Vae victis.
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Sabíamos, amigo Juan Luis, que en el Parlamento había algunos partidos políticos que no aceptaban las reglas de la democracia. Lo que no podíamos suponer era que, tal vez, fuera uno de ellos el Partido Socialista.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
La imagen es buenisima y te dire mas, la luxación que le esta haciendo en el codo el del niki blanco al policía mientras le hace palanca en la muñeca es de profesionales.
ResponderEliminarSiento decirlo pero el psoe sigue siendo el mismo de Pablo Iglesias "Respetaremos la ley mientras nos convenga". Porque coño tienen que ser legales estos tíos. Yo quiero que se investigue a fondo a esa organización y me adherí a la petición de una asociación de la GC. para que se les investigue e ilegalice por conspiración y robo a gran escala. Sí, ya se que va a ser que no, pero le digo que en USA ya estaría el FBI detrás de ellos. En NY al sindicato del metro le dieron con lo gordo cuando montaron la huelga salvaje y algaradas callejeras, acuérdense, si se quiere se puede por lo menos enseñar los dientes y como bien dices la Constitución y la Ley, que le lea la cartilla el Sr. Rajoy al Sr. Rubalcaba.
Saluditos.
La izquierda no tiene ningún reparo en acudir a cualquier medio, el que sea, para alcanzar el poder.
ResponderEliminarEsto es así desde los clubes jacobinos hasta ZP, pasando por Lenin y su furgón.