Andan los foros patrios llenos de
ex-presidentes pontificando para quien quiera oírlos, desde Felipe González, en
olor de multitudes socialistas, a Aznar metiéndole el dedo en el ojo a Rajoy. Aquí,
los pocos políticos que se van, en cuanto te descuidas se echan el “Just for
men” y, hala! a darle el tostón a los correligionarios, que encima les ponen de
merendar. Cómo no vamos a tener más políticos que en Alemania si no se jubila
ni Cristo?
Así tenemos el parlamento, con representantes
que ya forman parte de la decoración. Y al menos decoran, porque lo que es
producir, los hay que llevan legislaturas y legislaturas tocándose las bolas. La
única novedad es que ahora se las tocan con el Ipad. A estos profesionales del
negocio, que coincidieron en el escaño con Cánovas del Castillo, aparece un
periodista cursi y les llama “políticos
de raza”. Lo que son es culos de buen asiento, porque si hablamos de raza va a
resultar que es un pointer.
Los yanquis, mucho más listos,
encierran a los “ex” en campos de golf en Florida, de modo que el coñazo se lo
den a sus caddies que para eso cobran, dejando al resto del paisanaje a salvo de
las batallas del abuelo cebolleta. Pero en USA también la innovación la hacen
chavales en Silicon Valley, y aquí la charla de I+D+i te la clava un
catedrático sesentón. Como mal de muchos consuelo de tontos, me tranquiliza ver
el culto a lo antiguo en la Gran Bretaña, y si no mira al
príncipe heredero, que si se descuida lo van a coronar coincidiendo con el
nacimiento de su biznieto. Hablando de orejas, mejor me callo porque el nuestro
va por el mismo camino, salvo que aparezca un elefante a rematar la chapuza que hizo
el anterior, que vaya mierda de paquidermos gastan en Botswana.
En España nos gusta lo viejo y mirar
para atrás. Eso sí, como nadie ve la viga en ojo propio, luego se quejan de que
haya nostálgicos del franquismo quienes andaban hace tres días desenterrando
fiambres con cerca de un siglo de antigüedad. Lo extraño es que no haya nostálgicos
de Felipe II o de Viriato.
Yo, para ir remediando esto, a
los políticos les ponía una fecha de caducidad, como a los “replicantes” de
Blade Runner, pues está visto que ellos solos no se van ni aunque les concedan la
jubilación dorada esa de los diputados, con ocho años cotizados. O al menos
utilizar el sistema FIFO de renovación del estocaje (First In First Out, o el
primero que entra el primero que sale, para los profanos). Y, ya que no tenemos
tantos campos de golf, con el tute o el mus podemos apañarnos para eso de “renovarse o morir”. Aunque me temo que la historia no cuenta que al
creador de la frase, si era español, el
oyente le hizo un corte de mangas mientras contestaba: “Y un jamón!”.
Yo me apunto a eliminar "pellejudos".
ResponderEliminarY digo yo, ¿cuándo hacemos ex-presidente a Mariano "Dios nos asista" Rajoy?
ResponderEliminarPorque ya va siendo hora. ¡Menudo hallazgo el tío de Pontevedra!
Si estuvo 8 años agarrado al sillón de perdedor, me temo lo peor. Ni con salfumán nos lo quitamos de encima!
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