El primer post del 2012 tenía que empezar con esta imagen, que representa la que creo que es la única forma de abordar el año que se nos viene encima. Efectivamente los presagios invitan a quitarse rápidamente el traje de la fiesta de Nochevieja y cambiarlo por el uniforme de campaña. Va a ser un año en el que se darán todos los ingredientes que se ven en ella: peligro, determinación, coraje, esfuerzo y, también, bajas en combate. Pero todo vale si se consigue acabar con el enemigo de la crisis, el paro y el derrotismo.
Y si bien el nuevo gobierno da tranquilidad, en cuanto parece reunir las condiciones para diseñar una estrategia seria de recuperación y llevarla a la práctica, echo en falta la capacidad de levantar los ánimos de la tropa, que no están precisamente por las nubes. El pensamiento positivo funciona, lo juro, y así quien busca éxito lo encuentra, y quien se empeña en buscar penas también las encuentra. Lo que suceda este año dependerá de los que hagamos todos los españoles y eso, a su vez, está muy relacionado con la moral con que lo afrontemos.
Pues aunque muchos tenemos más moral que el Alcoyano, estaría bien que los encargados de dirigir el cotarro recordaran que no sólo de planes o cifras vive el hombre. No se trata de mentirnos, ni de caer en el optimismo infundado e inconsciente (de eso ya hemos tenido bastante) pero de los jefes no sólo se espera que marquen el camino, sino que también infundan los ánimos para alcanzar la meta. Sería bueno, cuando hay razones para pensar que puede ser así, que nuestros líderes políticos incidan en la posibilidad real de que este sea el año del comienzo de la recuperación, el punto de inflexión a partir del cual podremos mirar el futuro próximo con esperanza. Eso puede ser un acicate para la inversión, el emprendimiento y, con ello, la actividad económica.
En cualquier caso, lo mejor que puede hacer cada uno es armarse de todos los recursos disponibles y tirar para adelante, sin esperar a que los medrosos hagan acopio de valor y decidan ponerse en marcha. Porque hay una cosa cierta, los primeros que salgan y los que más rápido avancen serán los primeros en abandonar esta zona de nadie donde no hay gloria, ni recompensa que merezca la pena.
"El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él"
El pensamiento positivo funciona porque genera actitudes y esperanzas. Por eso estoy de acuerdo que nuestros gobernantes deben generar un clima que nos sume, de forma épica, a levantar nuestro país. Energía de transformación.
ResponderEliminarAsí se habla hermano !!!
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