Confieso que cuando empezaron en el
PP a hablar de enseñar las declaraciones de la renta me pareció una tomadura de
pelo porque, salvo en Lepe donde hay habilitada una casilla especial, en ellas no
suele consignarse el dinero negro. Pero vistos los efectos del striptease, me
estoy convirtiendo en un nudista acérrimo. No porque lo considere la panacea, puesto
que el dinero negro va a seguir en los colchones, pero al menos sabremos lo que
hay en blanco.
La prueba de la efectividad de la
medida es el efecto producido por las desnudeces de Rajoy. Primero Elena
Valenciano dijo que era una trampa y que no enseñarían nada hasta que no se
aprobara un modelo homologado, olvidando el modelo 100 del IRPF. Ella, más que
de nudismo, es de top-less. Luego Rubalcaba criticó los elevados emolumentos de la declaración de
Mariano pero sin enseñarla él, con la excusa de que está pidiendo los números a
Hacienda (otro que nos toma por tontos) Dice que la suya es muy corta, pero me pega que
ese ataque de pudor es más por exceso que por defecto de tamaño.
El último en salir a tapar desnudeces
ha sido Toxo, declarando que lo de enseñar es un ejercicio de hipocresía y cinismo.
Visto como vive ese defensor de la clase obrera, intuyo que el día que la
enseñe va a dejar en evidencia al actor Nacho Vidal. Estos sindicalistas están muy
bien dotados, y si no que le pregunten a Ricardo Martínez, el terror de la patronal
madrileña, que se levantaba 180.000
euros como representante sindical en Caja Madrid.
Los políticos, a los que
les llena la boca hablando de transparencia, eran bien transparentes para mostrarnos
las bondades de sus programas, aunque mucho menos para enseñar quién se
beneficiaba en realidad de ellos y en qué medida, ocultando desde los sueldos
de los asesores al importe de los contratos adjudicados a las empresas amigas. Pues
ya va siendo hora de que sepamos todo, todo. Además esto no es nuevo ya que la
frase “luz y taquígrafos” viene de Don Antonio Maura. Y puede servir para que controlemos, por las contradicciones entre lo declarado y los signos externos de riqueza ,quién se lo está llevando.
“Y la intimidad? Es que los
políticos no tienen derecho a la intimidad?”, dirán algunos. Seguramente son los
mismos que no ponen ningún reparo a la idea de publicar en los boletines los
nombres de los deudores de Hacienda. Pues si se publican las relaciones de
morosos no sé por qué se van a tapar los ingresos de quienes viven con cargo al
presupuesto. Más aún con el nefasto espectáculo que están dando unos y otros en
materia de corrupción, mientras piden esfuerzos a la ciudadanía. Y quien quiera
intimidad lo tiene muy fácil… que se vaya a un reservado privado, porque a
nadie se obliga a ser político.
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