Si en algo coincidimos los
liberales con los comunistas es en que los bienes públicos puros, es decir la
defensa, la justicia, el orden público y las relaciones exteriores, deben ser proporcionados por el Estado de forma universal y pagados con impuestos. Pero,
no sé si por reminiscencias de sus tiempos de colegio de pago, el ministro
Gallardón ha decidido hacer la justicia también de pago (“justicia solidaria”
la ha llamado) y le ha metido una tasa que ha levantado ampollas.
Sin entrar en lo que va costar un
pleito ahora, aunque con el tasazo han conseguido eliminar los “pleitos pobres”
porque cualquier demanda va a salir por un pico, no acabo de entender esa manía
de cobrar por lo necesario y financiar lo accesorio. Parece que la justicia es un
lujo y hay que aligerar los presupuestos, pero se mantienen
las asignaciones al cine. Esto es Hollywood! (Nunca mejor dicho)
El invento del apellido “solidaria”
plantea el problema de que a la Justicia, con mayúscula, le sientan mal los
apellidos. Siempre se ha dicho que la justicia militar es a la justicia lo que
la música militar es a la música. Del mismo modo, cuando a la justicia se le
añade el apellido “popular” normalmente consiste en un juicio callejero y un
linchamiento rápido. Y ahora la justicia “solidaria” se traduce en que la pagan
los ricos librando de esa carga a los demás a los que, de paso, se les deja sin
posibilidades de acudir a ella. Pero que no se quejen, porque así no perderán el
tiempo en tonterías como reclamar lo que les corresponde en derecho.
Dice el ministro que pleiteamos
mucho. No sé yo si es así en el orden civil, pero en el contencioso-administrativo se
deberá a la mucha arbitrariedad de los poderes públicos, que no hay más que
verle a él. Dice también que quienes se quejan de la tasa son los profesionales
del ámbito jurídico. Acabáramos! No se van a quejar los profesionales del mundo
del circo, aunque no te extrañe que dentro de poco lo hagan por intrusismo,
pues esto lleva camino de convertirse en una charlotada.
Yo creía que para hacerle
perrerías a la Justicia bastaba con los jueces, pero gobierno y parlamento
piensan que no es suficiente y se han puesto a trabajar afanosamente para
destrozar lo poco que quedaba de ella. Si era lenta, politizada y arbitraria ahora,
además, es cara. Al final han conseguido efectivamente que le pongamos apellido. El ex-alcalde Pacheco decía de era “de cachondeo” y los
españoles pensamos que es una justicia “de vergüenza”.
Ufff, si yo te contara, que me dedico a ello. Esto me recuerda a una cita de Josep Pla en "El cuaderno gris": La justicia, vista de cerca, como casi todas las cosas vistas de cerca, es una m... Y lo ponía en boca de un secretario de Juzgado, jejeje.
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