domingo, 3 de julio de 2011
¿Marca Extremadura?
Parece que Extremadura crecerá menos que el resto de España en los próximos años. ¿Le extraña esto a alguien? Lo milagroso sería que una economía basada en funcionarios, empresas públicas y empresas privadas subvencionadas y mediatizadas por el dirigismo político creciera más que la media. Nos pretendían hacer creer que la economía extremeña era a prueba de bombas. Todavía me acuerdo de una reunión de empresarios en Mérida, hace pocos meses, en que la Consejera de Economía cesante nos presentó un power-point con una especie de Plan Quinquenal absolutamente ilusorio, en el que desglosaban los diversos sectores productivos, su situación y sus perspectivas. ¡Estaba hasta el sector petroquímico!¡Con un par! Luego tuvimos que oír cómo Avante iba a ser la locomotora extremeña y nos iba a poner las pilas a todos. Con internacionalizarnos un poco estaba todo hecho.
A mí me parece la cosa es más fácil. Hoy día, para producir bienes y servicios con valor añadido no hacen falta políticos que planifiquen la economía. La aportación de los políticos a la creación de empresas como Apple, Facebook o Google fue poco destacada. Lo que hace falta es conocimiento, financiación y trabajo.
De conocimiento no sé cómo andaremos, pero no debe ser para tirar cohetes, habida cuenta que la Junta, mientras presumía del sistema educativo, se cuidaba muy mucho de someterlo a evaluación externa, escaqueándose año tras año del Informe PISA.
De financiación imagino que como el resto, es decir mal. Pero si tenemos en cuenta la dificultad para generar proyectos rentables en una región con un mercado muy reducido, es posible que incluso peor.
Y de trabajo, dado que el porcentaje de funcionarios es muy superior a la media nacional, pues tampoco vamos a echar las campanas al vuelo. No tengo nada en contra de los funcionarios, pero es un hecho innegable (está medido y expresado en euros) que su productividad, dentro y fuera de la región, es inferior a la del sector privado. Por otro lado, la tendencia a subvencionar en mil formas la actividad económica consistente en estar cruzado de brazos no es el mejor estímulo para la productividad. Ojo, que no me refiero a los desempleados que las están pasando canutas.
¿Y entonces qué?¿Nos cortamos las venas? No creo que sea necesario. Pero para crecer y ponernos a los niveles del resto es imprescindible un cambio de mentalidad. Y ese cambio pasa por resetearnos y abandonar la idea de que no hay nada mejor que unas oposiciones y una paguita segura. El éxito en todos los campos de la vida está fuertemente ligado al riesgo. Y el riesgo es lo contrario a la seguridad. Así que dejémonos de buscar seguridad al amparo de lo público y asumamos riesgos, emprendiendo aventuras empresariales que nos lleven al desarrollo económico, el progreso y el éxito.
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