De los periodistas se dice que opinan de todo sin saber de nada, pero eso era antes, porque ahora tienen título universitario. No hay más que oírlos perorar sobre economía, materia en la que todos son expertos. Hace poco, el director de un diario ilustraba en twitter sus tesis citando nada menos que a Carlos Arguiñano, referencia mundial en el campo macroeconómico, que hablaba de recortes y finanzas, mientras sofreía cebolla en You Tube. Con esas fuentes lo que no entiendo es cómo nuestro presidente del gobierno no les hace un poco más de caso, en lugar de perder el tiempo leyendo prensa deportiva.
Probablemente ya no sea aplicable tampoco lo que decía Jack Lemmon en la genial película “Primera plana”, cuando definía a los periodistas como "un hatajo de pobres diablos, con los codos raídos y los pantalones llenos de agujeros, que miran por la cerradura y roban a las madres fotos de sus hijas violadas en los parques para hacer las delicias de un millón de dependientas y amas de casa”. Primero, porque hoy son las madres las que llevan al plató los cadáveres de las hijas violadas.
Pero, sobre todo, porque ahora pasan más hambre sus empresas que ellos. No hay más que ver las cifras de Prisa, cuya deuda de 3.500 millones de euros, sí, sí, de euros, se come medio agujero de Bankia. Tampoco el resto está muy boyante, y ves a los de Intereconomía vendiendo relojes y carnets de socio, como si fueran el Rayo, para equilibrar el presupuesto. Pero los de Prisa, que ni vendiendo el Big Ben cuadran las cuentas, prefieren un cambio de gobierno a ver si ponen uno que les convenga, porque el de Zp estaba con el grupo del marido de la Chacón (por cierto, la 6 también está que muerde) y el de Rajoy no les simpatiza. Y ahí andan con la matraca de la prima de riesgo, que dicen en su editorial que es lo que legitima al gobierno y no las urnas, y éste tiene que dimitir ya mismo, para dejar paso a otro formado básicamente por ex-presidentes socialistas.
A nivel local sucede tres cuartos de lo mismo. En Extremadura sin ir más lejos, los del diario Hoy de Vocento intentan a toda costa colocar a Vara en el machito, porque el recorte de Monago les recortó la publicidad y las cuentas pintan feas. Yo, en su lugar, probaría con los relojes.
Al final se reedita lo de la marquesa aquella quien, tras anunciarle su mayordomo que la prensa estaba en el vestíbulo, ordenó: “pobrecillos, pasadlos a la cocina y que les den de comer”. Ocurre que ahora no hay marquesa para poner comida a tanto plumífero, y éstos prefieren ponerse al cobijo del gobierno de turno, el suyo a ser posible. Va a ser cierto que todos los españoles en el fondo quieren ser funcionarios. Haría bien la prensa en buscar la independencia y credibilidad, pues de lo contrario, en estos tiempos digitales, corre el riesgo de que le suceda lo que decía Jack Lemmon al final de su frase: que los diarios sólo sirvan “para envolver al día siguiente el cadaver de un periquito muerto".
Prensa libre. ¿Dónde buscarla hoy? Y, sobre todo, ¿dónde encontrarla? ¿La hubo alguna vez?
ResponderEliminarUn cordial saludo, Juan Luis.
Lo decía Indro Montanelli en sus memorias: la prensa italiana (como la española) es cortesana, nació para servir al principe.
ResponderEliminarY en España tenemos ejemplos deliciosos, veamos:
- Fernando Ónega, jefe de prensa de la Guardia de Franco, jefe de prensa de Adolfo Suarez, director de medios públicos y afines al poder durante más de veinte años...
- Juan Luis Cebrián, hijo de jerarca del régimen, mandamás de la televisión franquista, factotum de "El País"...
Y qué decir de los tipos de RTVE, siempre presurosos en auxilio del vencedor.
Muy buenoo!!!
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