martes, 13 de septiembre de 2011

Y parió la abuela.



Mientras los medios están plagados de noticias económicas no aptas para cardíacos, algunos se empeñan en ignorar lo que está pasando, dedicados al cuidado de su cortijo particular. Me refiero en esta ocasión a los profesores que pretenden paralizar la enseñanza pública en algunas comunidades. Sus sueldos entre 1.800 y 2.000 €, su jornada laboral de unas 37 horas semanales, 18 de ellas lectivas, y sus vacaciones no son para escandalizarse. Pero unidos a su seguridad laboral, los convierte actualmente en unos privilegiados.

Las razones que esgrimen para su protesta son que la obligación de impartir dos horas lectivas más (ojo, que no suponen aumento del número total de horas de trabajo) pone en peligro el sistema de enseñanza público. Eso es lo que se llama hacernos comulgar con ruedas de molino. ¿O sea que si trabajan más el sistema educativo empeorará? A ver si es que el problema son ellos. Porque de ser así la solución pasa por reciclarlos o por despedirlos.

Pero es que además tienen un problema de credibilidad dado que es habitual, tampoco se molestan en ocultarlo, verlos hacer sus recados y gestiones particulares en horario lectivo. Ahora lo negarán, pero todos lo hemos visto más de una vez.

Otro argumento que esgrimen es el tema de los interinos ¿Qué va a ser de ellos? Pues lo mismo que del resto de los ciudadanos. Pueden aprobar las oposiciones o buscarse la vida en el sector privado. Solo necesitan reciclarse y aprender cosas nuevas, lo que debería ser fácil para quienes se suponen que enseñan a los demás.

Lo de menos es que las protestas promovidas por los sindicatos se dirijan contra determinadas comunidades en función de quien las gobierne. Lo que importa es la insolidaridad de quienes, en una situación económica crítica, hacen huelga tomando como rehenes a los hijos de los que no pueden permitirse ese lujo por la ausencia de trabajo o la precariedad del mismo.

Harían bien los docentes en mirar lo que sucede en países como Grecia, donde sólo la solidaridad europea permitirá el pago de los salarios públicos. Porque, si llega el caso en que necesiten esa solidaridad, se exponen a encontrar la incomprensión o el desprecio de quienes hayan padecido sus abusos.

4 comentarios:

  1. Y todas esas protestas de tan privilegiada clase cuentan con el apoyo de unos "artistas" e "intelectuales" -los de la ceja- tan privilegiados como ellos. Los artistas y los intelectuales, muy escasos hoy, no se dedican a hacer gilipolleces con las cejas.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Esos "artistas" que permanecieron mudos mientras se bajaban salarios y pensiones o se aumentaba la edad de jubilación (menudencias, pensarían)

    ResponderEliminar
  3. Aqui los verdaderos promotores son los interinos y "a rio revuelto ...", eso si, todos apoyados y apoyándose en esos sindicatos de la injusticia, la insolidaridad y la desvergüenza.

    Charo Mtnez-Carande

    ResponderEliminar
  4. Parece claro que los artistas son unos artistas...

    ResponderEliminar