Rubalcaba, que no sabe que hacer
para mantenerse al frente del socialismo patrio, ha decidido invocar el
espíritu de La Internacional y su “famélica legión”. Para ello quiere introducir
el hambre infantil en el escenario político español, utilizando a su amigo
Griñán y los comedores de la Junta de Andalucía, que van a dar tres comidas
diarias a los niños andaluces, desnutridos según parece por culpa del Gobierno
del PP.
Hombre, la cosa puede estar mal,
pero salir ahora con que los niños españoles están hambrientos es cargar un
poco las tintas. Lo siguiente es pedir a
la FAO el envío de ayuda humanitaria, y a ver cómo se lo toman los niños de Malawi
o Camerún, condenados a vivir con la centésima parte de los españoles. Pero,
aun suponiendo que los infantes andaluces no tengan comida, no sé de qué se extraña
Rubalcaba, si se la han zampado toda los socialistas de allí, cuyo saque hace parecer
a Carpanta un inapetente.
Y si no que le pregunten al sevillano
alcalde de Burguillos, procesado por pulirse casi 200.000 euros en viajes y comidas,
entre ellas una de 479 euros en "langostinos, ostras, almejas, cocochas,
lenguado, pulpo, navajas, etcétera", a cuenta de la visa municipal junto
con tres compadres. O el de Albox, en Almería, que gastaba todos los meses 700
euros en viandas, afilando también la visa del ayuntamiento. Por no hablar del
secretario de UGT Andalucía: 879 euros se cenó con sus colegas en un
restaurante de pescados y mariscos de Durbam el mismo día en que el sindicato anunciaba
un ERE para 159 de sus trabajadores cuyos niños, imagino, tendrán que ir al
comedor de Griñán.
Así no es de extrañar que se diga
que el socialismo ha sustituido la consigna “a las barricadas” por la más
alimenticia “a las mariscadas”. Ya ni dejan llegar la comida al restaurante y saquean los mercados de abastos. Sin ir más lejos en Mercasevilla
está la juez Alaya a ver a quien mete en el trullo en cuanto se acabe de leer los
papeles. Solo les falta robarles los huevos a las gallinas durante la puesta.
Qué ansia!
Yo entiendo que los socialistas
tengan que hacer oposición. Pero, hombre, lo último es trivializar las dificultades ajenas con
fines electorales hablando de falsas hambrunas mientras, por
poner un ejemplo, Rubalcaba tiene un patrimonio de millón y medio de euros
limpios de polvo y paja que dan para engullirse unos cuantos cocidos en La Bola
o Lhardy. A mí esta estrategia consistente en agitar el fantasma del hambre falsa
en España olvidando la verdadera de Cuba, Corea del Norte u otros paraísos del socialismo,
me reafirma en la tesis de que tenemos la desgracia de padecer a la peor izquierda
de Europa.
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