domingo, 15 de julio de 2012

“Que se jodan!”, digo “cáspita!”


En las Cortes de la Segunda República, Indalecio Prieto, diputado socialista reconocido por su oratoria trufada de tacos y exabruptos, fue recriminado por Niceto Alcalá Zamora, que le amenazó con lanzar a su vez venablos por la boca si no cambiaba de actitud. El lado gamberro de D. Indalecio quiso comprobar hasta donde era capaz de llegar D. Niceto y, en su siguiente intervención ante la Cámara, se superó en el uso de palabras soeces, siendo cortado por el censor con la terrible palabrota: “Cáspita, Indalecio, ya está bien”. Eran tiempos en que los diputados finos a lo más que llegaban era al “cáspita” y las escasas diputadas no osaban decir ordinarieces.
La modernidad ha otorgado a las mujeres la indudable conquista de participar en los asuntos públicos en plena igualdad, y la dudosa de poder decir palabras malsonantes a su antojo, equiparándose al hombre en grosería y mala educación. Si a ello unimos que la LODE, la ESO y demás reformas han dado carta de naturaleza a la sustitución del comedido “que se aguanten” por el más directo “que se jodan”, no podemos sorprendernos de las palabras de la Fabra en el hemiciclo.
El padre de la susodicha es sobradamente conocido por su aeropuerto para paseantes, su suerte en la lotería y su carácter “ostentóreo”. Así, al ver a su niña en You tube te viene a la cabeza instintivamente la frase "de casta le viene al galgo”. O tal vez no. Porque sinceramente no conozco a esa diputada ni tengo idea de a quién se refería con la expresión de marras aunque, como ella misma confesó, es más probable que sea un comentario dirigido a las bancadas de los diputados socialistas que a los parados, simplemente porque estos últimos no estaban presentes mientras que aquellos sí. Pero en todo caso, el revuelo motivado por un exabrupto poco afortunado es buena prueba de que la falta de valores de este pobre país se está supliendo por la hipocresía más atroz. Sobre todo cuando los que la critican en distintos medios suelen acompañar sus comentarios con calificativos que comienzan por la letra “z…” o la palabra “hija…”
Linchar a una diputada por utilizar “off the record” una expresión que es moneda corriente en el lenguaje coloquial de los votantes sólo puede indicar dos cosas: o que las reformas educativas del ministro Wert están provocando milagros y a partir de ahora los españoles, cuando seamos atropellados por un conductor borracho, le recriminaremos educadamente mientras se da a la fuga al grito de “cáspita señor, haga usted el favor de no volver a embestirme con su automóvil” o, lo más probable, que la pataleta de algunos ante la pérdida del poder es de tal calibre que no dudan en agarrarse a un clavo ardiendo con tal de atacar al adversario.
Siempre me han gustado las mujeres que evitan la grosería, aunque algunas utilizan el taco con un gracejo especial incapaz de ser superado por los hombres. En atención a éstas, sólo se me ocurre dedicarles una expresión a los políticos y periodistas que silban mirando para otro lado cuando escuchan los rebuznos de los representantes etarras en el parlamento, mientras se rasgan las vestiduras como viejas mojigatas ante la salida de tono de una diputada poco presentable: “Que se jodan!”.

4 comentarios:

  1. Pos si.
    Con lo que me gusta a mi soltar algún buen taco de cuando en vez ...
    Tu hermana

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  2. es que, qué bonito, lo último que nos faltaba por oír.
    Un saludo para el blog.

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  3. Yo no digo que la individua no sea una basta y una impresentable, pero me sorprende que se de por hecho que se refería a los parados sin permitir que la diputada se defienda y, mucho más, ese rasgar de vestiduras ante una anécdota por parte de políticos que defienden sin rubor a imputados por fraudes multimillonarios.

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  4. Lo único que es indudable es que la niña es una ordinaria. Incluso, podemos dudar de sus méritos para ser diputada, al margen, claro, de ser hija de quien es.

    Pero hombre, en un parlamento como el nuestro, lleno de Pajines, Bibianas y Valencianos, tampoco desmerece demasiado.

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