domingo, 15 de abril de 2012

La izquierda del ejemplo.



Hace poco señalaba que el movimiento 15-M no tenía más futuro que convertirse en la fuerza de choque callejera de la izquierda para tratar de tomar la calles ante su incapacidad para tomar las urnas. Me equivoqué de medio a medio. La izquierda “oficial” española no necesita sans-cullottes que le hagan el trabajo sucio porque ella misma se emplea en la política barriobajera sin necesidad de acudir a terceros.

Aquellos que cuando mandaban no dejaban de pedir a la oposición responsabilidad y colaboración, tres meses después de perder el poder han demostrado que lo que demandaban a los demás a ellos no se les aplica. Y en un delirante ejemplo de cinismo los que han puesto al borde de la quiebra nuestro modelo de estado jalean el eslogan sindical “quieren acabar con todo”, los responsables de los más de cinco millones de parados tienen la desfachatez de hablar de “los parados de Rajoy” y quienes han recortado pensiones, sueldos de funcionarios y todo aquello que no fueran sus corruptelas hablan de oponerse a los recortes utilizando la guillotina.

Pedir responsabilidad a Rubalcaba y sus huestes se antoja poco menos que pedir peras al olmo. La última demostración de su comportamiento torticero es la de votar en contra de las medidas de estabilidad presupuestaria para controlar el agujero de las comunidades autónomas después de haber modificado la constitución precisamente para eso.

Algunos políticos del PP, no se sabe si por candidez, por hacer un brindis al sol o a falta de otra cosa que decir, proponen un pacto de estado para salir de ésta. Dos no pactan si uno no quiere y está claro que el PSOE es alérgico a cualquier pacto que contribuya a que otros puedan sacarnos del atolladero en el que estamos. Buena muestra de ello es el entusiasmo con el que sus medios afines señalan cualquier mala noticia para la economía española.

Por desgracia en España hemos heredado una izquierda guerracivilista que ni siquiera lucha ya por los derechos de la clase obrera sino que lo hace por mantener sus prebendas personales, en una mutación hacia la cleptocracia pura y dura. Lo sorprendente es que los ataques nocivos de quienes no tiene otros logros que exhibir que miseria y mala baba no reciban la contundente respuesta que merecen y tenga que ser el presidente francés quien los ponga en ridículo con la simple mención a sus culpas en la situación que padecemos.

Es hora de que nuestros gobernantes hagan un ejercicio de responsabilidad y asuman la difícil tarea que tienen por delante con serenidad, patriotismo y sin cálculos electorales ni tratar de repartir el coste electoral con otros porque no hay tiempo para componendas. Así como en la antigua fórmula de juramento militar se respondía a quien juraba “Si cumplis Dios os lo premie y si no lo hiciereis, os lo demande”, seguro que el pueblo español responderá con el premio o el castigo electoral a quienes sacrifiquen sus intereses personales a los intereses de nuestra nación.

2 comentarios:

  1. Sabemos desde hace mucho tiempo, amigo Juan Luis, que los rasgos distintivos de nuestra izquierda son, entre otros muchos, la mentira, el cinismo y el desprecio del orden.
    Un cordial saludo.

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  2. Pues esta misma mañana escuché a la Valenciano -esa gran mujer, de impresionante curriculum y brillante trayectoria profesional-, decir que había que "echarse a la calle para detener a la derecha".

    ¡Átame esa mosca por el rabo!

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