miércoles, 11 de junio de 2025

La ´NdranghAEAT

 


Que Hacienda somos todos… aunque unos más que otros, es algo sabido por cualquier español mínimamente informado.

Pero parece que ha llegado la hora de que lo sepan también en el resto de Europa. Así, el bufete Amsterdam & Partners LLP ha presentado en Madrid una macro causa colectiva contra la AEAT —esa institución que alegra tus mañanas con requerimientos certificados— ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

El despacho acusa a Hacienda de violar sistemáticamente los derechos fundamentales de los contribuyentes españoles. ¿Y cómo lo hace? Pues con una serie de prácticas que harían las delicias de la mafia calabresa:

Persecución selectiva, sin garantías ni controles previos, en lo que vendría siendo una “caza del contribuyente” indiscriminada.

Utilización de medios propios de un thriller, como geolocalizar el móvil de Shakira para probar su residencia fiscal, husmear en redes sociales o emplear inteligencia artificial para detectar perfiles de defraudadores. (¿Big Brother? No, Big Hacienda).

Elusión del control judicial en casos de grandes liquidaciones. Esto se logra disuadiendo al contribuyente del recurso a la vía contencioso-administrativa mediante la amenaza de acciones penales si no acepta el “acuerdo” propuesto. Ahí tenemos el caso de Xabi Alonso, quien —a diferencia de Cristiano o Messi— se negó a pactar y fue perseguido con tenacidad bíblica. Todavía le buscan las cosquillas, a pesar de haber sido revolcados en los tribunales una y otra vez.

Y si a los grandes contribuyentes les aplican técnicas de caza, a los pequeños les aplican técnicas de pesca. Pero no de curricán, sino de arrastre. ¿Te equivocaste en una casilla del IVA? ¿Te faltó un punto y coma en una declaración trimestral? ¡Enhorabuena! Hacienda te premia con una sanción de 100 , que saben que no vas a recurrir porque cuesta más el café con el asesor que la propia multa. Y así, millones de pequeñas sanciones injustas van llenando el estómago insaciable del fisco. Porque todo es bueno para el convento, que decía el fraile.

Para hacer funcionar este sistema perverso se ha implantado un sistema de bonus igualmente retorcido: inspectores con incentivos económicos por abrir expedientes según volumen de recaudación, rapidez y acuerdos con los contribuyentes. La calidad técnica, la equidad o la seguridad jurídica son, al parecer, cuestiones secundarias. En Hacienda, abrir una investigación injustificada también tiene premio. Y, como en Los Soprano, los de abajo llenan el sobre de los de arriba, mientras reciben el suyo propio.

Por no hablar del goteo constante de casos de corrupción individual que se suceden discretamente. El último afecta nada menos que al presidente del Tribunal Económico-Administrativo Central, acusado de recibir sobornos a cambio de estimar recursos. Todo un ejemplo para los contribuyentes.

Lo preocupante no es que la AEAT actúe como un organismo sin control judicial real, con un poder desproporcionado y una capacidad de presión propia de regímenes totalitarios. Lo más grave es que este sistema se aplica de forma desigual, según las ideas o contactos del contribuyente. Si eres un youtuber independiente, que quiere escapar del infierno fiscal, te geolocalizarán el móvil o revisarán las cámaras de la frontera, a ver si pueden residenciarte en España por haber ido al IKEA de Badalona. Pero si eres hermano del Presidente del Gobierno puedes percibir un sueldo fijo de la Diputación de Badajoz y declarar que resides en Portugal. Y los inspectores de la AEAT redactarán un informe jurídico que certifique que este fenómeno paranormal de bilocación tributaria es perfectamente legal. ¡Con un par! Tanto es así, que un exdirector de la propia AEAT, el prestigioso Ignacio Ruiz-Jarabo, ha afirmado que la Agencia presentó un informe falso.

Ahora, con la causa colectiva en marcha y la opinión pública internacional atenta, se abre la posibilidad de que el Estado español tenga que responder en Estrasburgo por su trato a los contribuyentes. Sería el momento de poner sobre la mesa reformas como suprimir el viciado sistema de incentivos, recuperar el carácter vinculante de los planes de inspección —para poner coto a la arbitrariedad y garantizar la seguridad jurídica— o reforzar los canales de denuncia y protección frente a represalias.

Pero, siendo honestos, no tengo demasiadas esperanzas. La ´Ndrangheta lleva siglos operando en Calabria sin que se haya podido poner fin a sus desmanes, hasta el punto de que un informe de Europol la considera la organización criminal más rica del mundo. Eso es que Europol todavía no ha investigado a la ´NdranghAEAT.



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